Relato
Cuando era pequeño no había visto nunca las vacas. Mi padre trabajaba en Peal De Becerro y tenía un amigo que criaba vacas bravas y mansas. Un día que veníamos de Úbeda mi padre recibió una llamada de su amigo para ver si quería ir a ver las vacas porque él estaba allí.
Para ir a ver las vacas teníamos que pasar por Valdecazorla. Nos metimos por un camino hasta llegar allí. Tenía muchas vacas y el que más me llamó la atención fue su semental, de pelaje colorao, buena estatura y buena cornamenta.
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